La contemplación es uno de los pilares de la sofrología y diría que también un estado que experimentan todas aquellas personas que se adentran en estados meditativos, mindfulness y que dedican momentos al ser, más allá del hacer. Esta contemplación es la aceptación de la realidad externa de manera fenomenológica, sin juicios, sin más que la conciencia de ser conscientes de algo. Las prácticas de meditación budista incluyen esta contemplación que, cuando estamos en la naturaleza es tan agradable y profunda.
En mi experiencia personal, durante los períodos o momentos en los que me siento alineada conmigo misma, cuando mi cuerpo, mente y alma se encuentran en armonía, siento que la contemplación tiene un espacio en mi vida cotidiana. Desde observar un paisaje, hasta admirar el detalle de un objeto, la presencia de un aroma o un sonido, contemplo, admiro y me maravillo. La contemplación forma parte de la conciencia de mi bienestar cotidiano.